martes, 5 de junio de 2018

CIERRE PARA EL PORTON TRASERO

El tema de la ventilación nos preocupa un poco y vamos dando pasitos para mejorarla. Hoy haremos un gancho para poder tener el portón trasero un poquito abierto. Seguramente nos serviria alguno de comercial, para otra furgo, pero vamos lanzados. Hemos mirado el diámetro del cierre y hemos buscado un hierro igual, al final nos hemos acordado que compramos unos clavos para fijar la reja del gallinero y son del diámetro exacto, ahora el gallinero no tiene tanta seguridad, esperemos que no haya una "evasión en la granja" 😂.

Un palmo de largo y 7mm de diametro.  


Ya veis que está oxidado, de estar unos años enterrado (lo hemos rascado un poco), pero no importa, quedará fuerte igual. Calentamos con el soplete, cuando este al rojo vivo amarramos al tornillo del banco y doblamos por donde queremos, si hace falta podemos golpear con el martillo.


Lo ponemos al rojo vivo.


Calentamos hasta que este al rojo vivo. Con 20cm se calienta todo el hierro o sea que trabajamos con guantes y sujetamos el clavo con unos alicates. ¿Las medidas? No hemos tomado ninguna, vamos haciendo viajes a la furgo y doblamos sobre la marcha, la curva mas pequeña y "retorcida" es donde va encajada la parte de atrás del cierre original y la hemos hecho enrollando el clavo sobre un destornillador del mismo diámetro. Cuando ya la tenemos la ajustamos con una lima redonda porque no entraba. Cuando hemos tenido todas las curvas hechas le soldamos una pestanya que nos bloquea el invento, (si hay que doblar un poco, se puede hacer en frio). Nos ha quedado esto: 

El resultado con la pestaña.



Es diferente a los que se venden. La mayor diferencia es que queda totalmente fijo y puedes cerrar el porton "normal", no hay que sujetar el gancho, y una vez cerrado no tiene juego y no se mueve. También puede tener otras utilidades, como colgar la ducha, de percha para la ropa, para colgar una luz... en fin, los usos típicos de un gancho 😉.

Ahora unas fotos de cómo queda:



 
En su lugar.

  
Trabajando.


Ahora sólo nos queda pulir los acabados, cortar la punta, redondear los bordes y una pintada final para protegerlo. Hemos decidido pintarlo de rojo para que sea difícil perderlo. Optamos, otra vez, por el esprai. Seguro que se va a pelar porque es una pieza que tiene bastante maltrato pero ya contamos con ello.


Pintado.



Y ahora el funcionamiento:





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